A partir de los tres años al ir al colegio el niño da sus primeros pasos en la edad adulta. No es de extrañar que el primer día de colegio muchos niños lloren ya que supone una verdadera ruptura con sus constumbres y entorno, además le resulta extremadamente difícil la separación de la madre, de su casa y de sus hermanos. Ahora tendrá que aprender a vivir en sociedad con otros niños y adultos a quienes no conoce.
Condiciones que ayudan a que la adaptación del niño sea más favorable el primer año de colegio
La adaptación es más rápida y eficaz si los padres están convencidos de los beneficios del parvulario. Si el niño percibe que su madre sufre por la separación, no le gustará ir a la escuela. Una mala adaptación puede deberse, también, a problemas familiares como por ejemplo el nacimiento de otro hermano, la reanudación de una actividad regular por parte de la madre, una separación entre los padres, etc. Cuando se dan este tipo de circunstancias extraordinarias no es el momento propicio para ingresar al niño en el parvulario ya que puede pensar que es una forma de desembarazarse de él.
Se debe valorar la escuela y animar al niño a participar en sus actividades
Si la adaptación no se hace fácilmente, por ejemplo si el niño al cabo de unos días de clase considera que ya ha hecho bastantes esfuerzos y quiere quedarse en casa, debemos insistir y ayudarle a integrarse en ese nuevo entorno; metiendo un juguetito que le guste en su bolsillo, algún objeto que asocie con su mamá, como un pañuelo impregnado con su perfume, etc. También se recomienda antes de empezar el curso llevar al niño a que explore el sitio y sobre todo cada vez que se presente la oportunidad, valorar la escuela.
Fuente: Olebebe